El incremento de la producción de la pitahaya es ahora una tendencia como fruta exótica y es poca conocida si es comparada con otras como la tuna, guayaba, naranja etc. Pese a que “En México se conoce desde la época prehispánica: los indios la colectaban de manera silvestre” (Ricalde, 2009).
La palabra pitahaya es de origen antillano y significa fruta escamosa, su fruto es de forma ovoide, redondeada y alargada con cascara roja, rosa, amarilla y/o naranja, con pulpa roja, rosa, lila o blanca y de semillas pequeñas negras, con un suave a muy notorio dulzor según la especie o el hibrido.
El género Hylocereus más importante en América con importancia hortícola por sus frutos comestibles; Identificando en México 4 especies como son Hylocereus undatus, H. ocamponis, H. purpussi e H. aff. escuintlensis, esta última siendo endémica de Chiapas y H. undatus identificada de manera silvestre en los estados de Chiapas, Colima, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Edo. de México, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, Tabasco y Veracruz (García, 2015).
El hábito de crecimiento es trepador por lo que internacionalmente se le conoce como fruta del dragón o Thanh Long, de origen vietnamieta, y que se debe a que la planta que la produce trepa sobre los troncos de los árboles y se entrelaza dando la forma al cuerpo de un dragón, animal mitológico muy popular en Asia, principalmente en China.
¿Qué hace tan especial a esta fruta cactácea?
“Hylocereus es un género nativo de América de importancia económica por sus frutos comestibles y su alta tolerancia a la sequía” (García 2015).Esto demuestra que pudiera ser una estrategia para las zonas con escasa agua, sin embargo tiene buena resistencia a zonas húmedas y prueba de ello es que crece en áreas templadas, tropicales, subtropicales y semiáridas de México, Centro Americana y Norte America.
Esta capacidad de resistencia al clima y al agua, esta permitiendo que zonas rurales puedan implementar su cultivo que puede ser desde traspatio hasta hectáreas tecnificadas, cada año es ahora más común encontrar el incremento del cultivo, el cual tiene alta demanda para la exportación y nacionalmente se está dando a conocer.
Es importante reconocer la tarea de la hibridación (resultado de frutas con diferentes características a las de la flor receptora y el polen recibido, ya que a permitido tener más variedades en formas, colores y sabores. Algunos estados que están sobresaliendo por su cultivo son Quintana Roo, Yucatán, Veracruz, Puebla y Guanajuato entre otros.
¿Por qué es cara la fruta?
El precio siempre está ligado a la oferta y la demanda. Cada vez son más las personas que han degustado la pitahaya y se han enamorado de su sabor (es importante dar la oportunidad para probar sus diferentes especies e híbridos, quizás la mayoría tenga una imagen anterior de un fruto poco dulce, pero la evolución agrícola tecnificada junto con la hibridación ha permitido tener mejores frutos con un delicioso sabor; que puede ser entre un sutil dulzor con de acidez, dulce sin acidez y jugoso.
No solo la demanda justifica el precio considerando que la producción aún no es tan intensiva como el aguacate, la naranja, el limón o el agave, etc. Tiene una particularidad que es el proceso de polinización, el cual algunas especies requieren el polen de otra especie para poder formar fruto (cuajar-amarrar la fruta). Lo que implica una ardua labor manual para polinizarla, pese a que existan polinizadores naturales como las abejas. Además, cuando se requiere mejorar el tamaño de la fruta, aunque la especie sea auto fértil, se ah comprobado que al polinizar manual la fruta tiene un tamaña muy superior, algunas frutas han llegado a pesar más de un kilo.
Si fuera poco la floración ocurre cuando llega la noche, es decir son flores nocturnas de una sola noche, que al llegar las horas del amanecer estás comienzan a cerrar. Lo que hace una tarea contra reloj para poder polinizar las flores.
cuando llega la noche, es decir son flores nocturnas de una sola noche, que al llegar las horas del amanecer estás comienzan a cerrar. Lo que hace una tarea contra reloj para poder polinizar las flores.
¿Qué productos se obtienen?
Hoy el principal consumo es como fruta fresca, pero se puede realizar gran parte de productos como bebidas, panes, helados, dulces, fruta deshidratada, extractos, etc.
¿Cuál es el futuro de México de la pitahaya?
En el 2016 la pitahaya generó un valor de la producción por 59.62 millones de pesos. Destacando Yucatán con 68.2% de la producción, registrando 4,158 toneladas a un precio rural de $14,342 por tonelada según el anuario estadístico de la producción agrícola 2016.
“El cultivo de la pitahaya sería una alternativa sustentable para atenuar algunos problemas de la agricultura mexicana, como la abundancia de suelos pobres y delgados y la escasez de sistemas de riego en zonas con escasa precipitación. Es un cultivo con una gran adaptabilidad a las condiciones ambientales, rentable y que tiene demanda en los mercados regionales e internacionales. Esta versatilidad de la pitahaya permite que se la considere como una alternativa para zonas con restricciones para otros cultivos. Tal es el caso de la ex zona henequera del estado de Yucatán, donde la agricultura se desarrolla en condiciones sumamente limitantes debido al tipo de suelo, escaso y pedregoso y sus lluvias irregulares” (Ricalde F. 2009).
Para los agricultores interesado en el cultivo se le recomienda investigar y asesorarse con quienes ya tienen experiencia, ya que como todo cultivo no está exento a plagas y cuidados específicos, que pueden cambiar dependiendo las zonas geográficas, clima, especie, nutrición y manejo del cultivo.
La cascara gruesa del producto ofrece una opción que permite en condiciones de transporte y manejo adecuadas poder alargar la vida útil del producto. Así como la oportunidad de explotar el mercado con todos los derivados que pudieran generarse de la pitahaya, así como profundizar los estudios con relación a sus propiedades.
“Además hay evidencia de la importancia cultural de esta especie y su uso como alimento y ornamental y en menor proporción como medicinal” (García, 2015).
Carlos Hernández
Auditor e Instructor
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